IKIGAI, DANDO SENTIDO A LO QUE HACES
Hoy quiero hablaros del concepto Ikigai una palabra japonesa que significa «la razón de vivir» o «la razón de ser». Según la cultura japonesa todas las personas poseemos nuestro propio Ikigai y descubrirlo requiere con frecuencia de una búsqueda dentro de nosotros mismos. Para los japoneses esta búsqueda es considerada de vital importancia ya que su hallazgo nos traerá satisfacción, realización y dará sentido a nuestra vida. Interesante ¿no crees?
La palabra Ikigai se utiliza generalmente para indicar la fuente del valor de la vida de uno o las cosas que hacen que la vida valga la pena para nosotros. En segundo lugar, la palabra se utiliza para referirse a las circunstancias y sensaciones en las que las personas sienten que sus vidas son valiosas. No está necesariamente ligada a la situación económica personal, o al estado actual de la sociedad en la que vive. Incluso si una persona siente que el presente es sombrío, pero tiene un objetivo en mente, puede sentir el Ikigai. Los comportamientos que nos hacen sentirlo no son acciones que nos vemos obligados a llevar a cabo, sino acciones naturales y espontáneas.
Cuando alguien se encuentra en sintonía con su Ikigai se despliega en la persona un proceso que permite que las posibilidades de uno mismo florezcan.
Si bien no comparto muchas de las cosas de la cultura japonesa como la superstición, la forma de gestionar sus emociones y la frialdad a la hora de mostrar su afectividad, si que hay otras que me parecen realmente interesantes. Así, por ejemplo, creo que es muy interesante el método Kaizen o las propias técnicas sobre la gestión de la calidad que se han trasladado también a occidente en el ámbito empresarial y que son realmente valiosas si queremos avanzar en la mejora continua.
Tampoco quiero caer en el tópico de que lo que viene de fuera es mejor que lo nuestro. Como en cada país y en cada cultura hay cosas mejores y cosas peores. De los japoneses es admirable en general su amabilidad, su educación y comportamiento ejemplar casi siempre con los demás. Su esperanza de vida es envidiable ya que suele ser superior a la media mundial debido a sus hábitos de alimentación y a su filosofía de vida. Aunque no debemos olvidar también que tiene una alta tasa de suicidios. Una de las más altas del mundo, con un bosque que se ha convertido en popular precisamente por ser elegido por muchas personas para acabar con sus vidas, «Aokigahara», en el que está basada la película El bosque de los sueños que si no has visto, no te dejará indiferente. Por otro lado, no debemos olvidar el fenómeno «Hikikomori»: jóvenes encerrados en sus cuartos acompañados de computadoras e Internet que no salen a penas de sus casas quedando aislados e incomunicados de cualquier tipo de interacción física con otros seres humanos. Aspectos muy preocupantes también que acarrean graves consecuencias personales, psicológicas y sociales. Por lo que no se trata de idealizar otras culturas sino de quedarnos con herramientas positivas que merecen la pena para desarrollarnos profesional y personalmente.
Pero centrémonos en el concepto de Ikigai del que hoy quiero hablaros porque creo que es útil, práctico y realmente muy interesante.
Ikigai se basa en cuatro conceptos que están estrechamente relacionados entre sí:
1. Pasión
Lo que te gusta y no puedes dejar de hacer. Parece como si en lugar de haberlo elegido tú, eso que te encanta hacer te hubiera elegido a ti. Dedicas horas en hacerlo, siempre sacas tiempo para hacerlo por muy ocupado que estés y cuando lo realizas el tiempo se te pasa volando y disfrutas con ello.
Examina tu biblioteca, los libros que lees, los podcast que escuchas, las películas, los documentales y los vídeos que ves. Los temas de los que hablas, las cosas sobre las que escribes, las personas a las que admiras. Eso te dará ya muchas pistas.
2. Misión
Aquello para lo que crees que has venido al mundo y que tiene que ver con tus valores, con tu forma de ver las cosas y por supuesto ha estado influenciado por tus circunstancias de vida y por las propias experiencias que has venido teniendo a lo largo de los años.
Tu misión es la causa a la que tú creas que merece la pena dedicarle tiempo, recursos, energía y constancia.
3. Vocación
Aquello en lo que eres bueno. No sabes cómo ha venido a ti pero hay cosas que se te dan bien desde pequeño. Tienes ciertas habilidades para hacerlo, a penas te cuesta y no te resulta demasiado trabajoso. Te encanta ofrecerte para hacerlo e incluso otras personas piensan en ti para hacer eso que se te da bien. Son talentos innatos con los que has venido a este mundo y muchas veces no has tenido que entrenarlos sino que son fruto de haber escuchado tu sabia voz interior y haberte atrevido a ponerla en acción.
4. Profesión
Aquello a lo que te has venido dedicando los últimos años para lo cual has recibido una formación oficial o no oficial pero de lo que has aprendido mucho, precisamente porque está en consonancia con tu pasión, misión y vocación y por lo que te pueden pagar porque aporta un valor a las personas, a las organizaciones y a la sociedad.
De este modo podemos concluir que trabajar desde la filosofía Ikigai conduce a las personas hacia una experiencia más plena y satisfactoria porque le otorga un sentido, tanto a su vida como a lo que hace.
Y tú, ¿has descubierto ya cuál es tu Ikigai? Si no lo has hecho te animo a que lo descubras para dar más sentido a tu vida y a lo que haces y no nos prives de tus capacidades, dones y talentos. Sácalos a la superficie, deshazte de tus miedos y limitaciones y dale más sentido a tu profesión, a tu negocio y a tu vida. Sí lo deseas nosotros podemos acompañarte en el proceso. Contacta con nosotros, cuéntanos cuáles son tus planes y proyectos y te informaremos de cómo podemos ayudarte a mejorar tus resultados.