EL ORGANIGRAMA CIRCULAR EN LA EMPRESA
No hay nada más desmotivador que ver un organigrama jerárquico en el que las personas que se encuentran en la base a menudo sienten que son los menos valorados dentro de la organización, siendo habitualmente los que más esfuerzo físico realizan por conseguir que salga el trabajo operativo y se alcancen los objetivos de la organización, cuyos méritos con frecuencia son atribuidos y reconocidos implíctamente a los escalafones más altos de la organización. Sí, esta estampa desmotiva a cualquiera.
A menudo me encuentro con personas que ya de por sí no están muy motivadas en sus puestos de trabajo pero si alguna vez alguien comete la imprudencia de mostrarle el organigrama de su empresa, directamente se les cae el alma a los pies. A lo mejor no lo expresan abiertamente pero te puedo asegurar que su lenguaje no verbal expresa bastante malestar y frustración. Y es que las diferencias de estatus dentro de una organización son un gran desmotivador y el organigrama tradicional las promueve.
Con frecuencia, dentro de los organigramas tradiciones jerárquicos aparecen numerosas personas dentro de los departamentos situados en la parte superior con cargos muchas veces en inglés que la mayoría de las personas de la organización ni saben pronunciar ni saben exactamente qué funciones realizan. En la base se encuentra la operativa de la empresa, puestos generalmente menos cualificados que adoptan diferentes categorías en función del sector y que están compuestos por personas que se dejan muchas veces la piel y la salud física a cambio de un sueldo y un escaso reconocimiento.
Por eso hoy quiero hablaros del organigrama circular, una distribución de los diferentes departamentos y de las personas que los constituyen y que conforman la empresa en el que se elimina al menos la jerarquización vertical y en el que ningún departamento o persona aparece por encima de nadie sino que los departamentos y sus mandos aparecen en una estructura circular donde los niveles de la empresa se muestran en cículos concéntricos que van dese dentro hacia fuera, situando en el centro al cliente, al que se orientan todas las estrategias y al que todos sirven.
Un organigrama más integrativo
Con el organigrama circular integramos de un modo mucho más orgánico y funcional a las personas dentro de la organización, construyendo equipo y unidad, dando a entender a sus miembros que nadie está sometido a nadie dentro de la organización y todos orientan sus acciones al cliente, desde su director a todos y cada uno de los colaboradores.
Ya sé, estarás pensando que la forma de un simple organigrama no va a traer consigo un cambio muy significativo dentro de tu organización. Sin embargo, sí que supone un cambio de mentalidad empezando por la gerencia y la dirección. Dicha mentalidad afecta a la cultura, a la filosofía y a los valores de la organización. Una apertura mental necesaria para la empresa del siglo XXI que puede transformar radicalmente tu forma de trabajar en el día a día en todos los ámbitos y niveles de la organización si lo acompañas de otras acciones y no se queda solo en papel mojado.
Si realizamos adecuadamente las labores de sensibilización, información y concienciación que trae consigo la implantación del modelo de organigrama circular y lo que ello implica conseguiremos que las personas se sientan más motivadas dentro de sus puestos de trabajo, más comprometidas, asumiendo de un modo más eficaz su responsabilidad.
Una organización empresarial cuyos empleados son felices es más productiva, tienen la moral más alta y cambia menos de personal. Por consiguiente, cualquier directivo que quiera que su organización prospere ha de saber qué es lo que hace feliz a la gente y poner en práctica ese conocimiento de la forma más eficaz posible.
Son este tipo de medidas las que van a favorecer la adopción de actitudes más adecuadas por parte de los colaboradores y que afectan al buen funcionamiento en el día a día, al influir directamente sobre sus estados de ánimo, sentimientos y emociones marcando una diferencia en cuánto a los detalles a la hora de ejercer sus funciones. Para conseguirlo es primordial la concienciación y sensibilización en un primer momento por parte de la dirección y de los mandos intermedios a los que se presupone mayor preparación, mayor conocimiento y experiencia, y por tanto también mayor responsabilidad para desarrollar estrategias que conduzcan a la organización y a todos y cada uno de sus miembros al éxito empresarial.
El organigrama circular está pensado para favorecer las relaciones entre las personas dentro las organizaciones y para acabar con la imagen de subordinación y sometimiento en la que a menudo se traducen los organigramas verticales tradicionales. El organigrama tradicional jerárquico nos dice dónde está el mando y quien dirige a quien, sin embargo esta forma de pensar ha quedado desfasada y cada vez tiene menos sentido en las organizaciones modernas y avanzadas cuyo objetivo es ofrecer el mayor valor añadido a sus colaboradores y a sus clientes y ello pasa por favorecer las relaciones humanas dentro de las empresas.
Un organigrama más valorativo
En el organigrama circular, en cada uno de los círculos se coloca a los colaboradores inmediatos y se les liga con las líneas que representa los canales de autoridad y responsabilidad. Se trata de un organigrama que valora a todos y cada uno de los miembros de la organización por igual y todos asumen su propia responsabilidad.
La organización existe gracias al cliente, y éste es a la primera persona a quien se sirve, que está en el centro del organigrama. Es obvio que todos tienen responsabilidades y autoridades distintas, pero todos sirven al cliente.
Si el personal operativo de base piensa que tiene que servir a su «jefe», mal vamos porque ello indica que no hemos sabido trasladar a nuestros colaboradores la responsabilidad personal de servir al cliente de la forma más excelente posible. En su mente debe estar presente el cliente y debe asumir la responsabilidad de satisfacer sus necesidades y expectativas de forma excelente, para ello debe actuar con autonomía y responsabilidad. En este sentido el colaborador debe estar implicado y comprometido, haciendo las cosas no para quedar bien con el «jefe» sino por resposabilidad propia con el cliente y la organización de la que forma parte.
Si los «jefes» piensan que quien sirve al cliente es el personal operativo de base, mal vamos también, porque ello indica que los «jefes» se han encumbado, han dejado de pisar suelo, y se han puesto por encima de sus colaboradores dando a entender que la satisfacción del cliente no es cosa suya.
En cualquiera de los dos casos anteriores nos encontramos ante un obstáculo a la hora de trasladar la filosofía y la cultura empresarial que se pretende lograr a través del organigrama circular.
En el organigrama circular no se visualizan ni posicionan en lo más alto a los directivos y mandos intermedios. No hay subordinación ni sometimiento. Hay orientación al cliente y servicio. Unos se sirven a otros cooperando entre sí y todos sirven al cliente.
El cliente es la razón de ser y el motivo por el cual la empresa existe, así que la estrategia empresarial está orientada a satisfacer sus necesidades más allá de lo esperado, sobrepasando sus expectativas. Hacer las cosas «correctamente» o simplemente «bien» se queda corto en las empresas que aspiran a ser excelentes. Si queremos ser excelentes, debemos sorprender a nuestros clientes con nuestros productos y servicios.
Por eso lo que implica trabajar con el modelo del organigrama circular es más útil e intersante. Empezando por la propia dirección ya que te va a permitir tener una visión de conjunto de la empresa y de las personas que actualmente la integran a la hora de mejorar tu estrategia empresarial para satisfacer a tus clientes.
En definitiva, en este tipo de empresas todos son mutuamente responsables de todo lo que sucede en la organización y todos cooperan entre sí. Todos están comprometidos con servir al cliente y todos se sirven unos a otros para coseguir un producto, un servicio y una atención excelentes y para ello restan importancia y atención a las jerarquías, evitan el aislamiento de los directivos y los grandes despachos, prácticas que tanto desmotivan a las personas que componen la organización.
Te proponemos que si te parece interesante este modelo pases de la teoría a la práctica, paso a paso, para ir construyendo el organigrama circular de tu empresa y sobre todo te vayas empapando de esta cultura empresarial que te va a reportar no solo mejores resultados económicos, sino también una mayor eficacia e implicación de los equipos y un aumento de la satisfacción de todos los miembros que componen la empresa, incluido tú mismo como líder de la organización.
No hay prisa, pero ya es hora de poner en funcionamiento el modelo del organigrama circular en tu empresa y disfrutar de sus beneficios ¿no crees?