CÓMO GENERAR MOTIVACIÓN EN LAS PERSONAS

 En Coaching Ejecutivo, Desarrollo profesional, Inteligencia Emocional, Liderazgo, Management

Lo cierto es que como profesionales que lideramos un equipo muchas veces necesitamos generar motivación en las personas. Aunque para ello como siempre tenemos que empezar por nosotros mismos. Si nosotros no estamos motivados difícilmente vamos a poder motivar a otros, aunque también es cierto que cuando motivamos a otros terminamos motivándonos a nosotros mismos ¿no os pasa también a vosotros?

Son nuestras actividades cotidianas las que pueden tener mayor impacto en el crecimiento de la motivación y la autoestima de otras personas: una mirada, un gesto, una aprobación, una sonrisa, no pasan desapercibidas. Lo contrario tampoco.

Todos hemos tenido experiencias en el trabajo en las que alguien nos trató con amabilidad y respeto reconociendo nuestra valía y nuestro desempeño. Sin embargo, otras veces hemos recibido un trato que para nada beneficia la motivación. La realidad es que cuando nos comportamos de tal manera que elevamos la valía de alguien, nos sentimos mejor y estamos elevando su motivación y la nuestra propia.

Cómo influyen las creencias y expectativas

Nuestras creencias y expectativas sobre nosotros mismos afectan directamente a nuestros resultados, pero también las creencias y expectativas de los demás sobre otros afectan de un modo directo sobre sus resultados. De ahí la importancia de aprender a mirar de la que hemos hablado en otras ocasiones.

«La profecía de un suceso lleva al suceso de la profecía».

Paul Watzlawick

De este modo, por un lado tenemos lo que se ha denominado el Efecto Galatea, que demuestra que las creencias y las expectativas que una persona tiene sobre sí misma y sus capacidades determina en un alto grado los logros que ésta alcanza.

Y por otro lado, tenemos lo que se ha dado en llamar el Efecto Pigmalión, que nos dice que las creencias y expectativas que una persona tiene sobre otra afecta a sus capacidades y resultados y por tanto a la consecución o no de sus objetivos.

Por tanto, como directivos o gerentes de una empresa debemos promover dentro de nuestros equipos y organizaciones tanto el Efecto Galatea como el Efecto Pigmalión y hacerlo de forma constructiva y positiva para permitir en mayor medida el despliegue del potencial de las personas y por tanto la mejora de los resultados empresariales, al mismo tiempo que nos permite impulsar y promover el desarrollo de nuestros colaboradores algo que es fundamental en el desarrollo de nuestro liderazgo dentro de nuestro proceso de desarrollo y mejora como lideres de una organización.

El autonocomiento y el conocimiento de nosotros mismos a través de herramientas como el Eneagrama o la Ventana de Johari siempre van a resultar algo muy positivo puesto que nos va a aportar tanto información que posiblemente ya conocíamos y que vamos a corroborar, así como otros aspectos nuestros que desconocíamos y que nos pueden ayudar para seguir avanzando y progresando en el desarrollo de nuestras habilidades y capacidades con el fin de extraer nuestro máximo potencial para poderlo poner a nuestro servicio y al servicio de los demás.

También tenemos que poner de manifiesto que todas las habilidades o rasgos de la personalidad son válidos y adecuados. No hay habilidades o rasgos de la personalidad mejores que otros. Afortunadamente cada persona tiene unas habilidades y características que muchas veces no han sido elegidas sino que vienen de serie a modo de dones o talentos y que otras veces surgen y se desarrollan fruto de nuestras propias vivencias y experiencias.

Así, una persona extrovertida, espontánea y con cierta gracia puede ser la adecuada para ocupar o desarrollar una labor de atención, motivación o ejercer el liderazgo dentro de un equipo y una persona introvertida, tímida y más seria puede realizar un trabajo de detalle, minucioso, de personalización o investigación que le permita tener mayor concentración y atención en lo que hace ofreciendo una calidad muy superior a la que hubiera podido obtener otra persona con una forma de ser o una personalidad diferente.

Aprendamos a ver que nada ni nada es excluyente, que afortunadamente no todos pensamos de la misma manera ni tenemos las mismas habilidades y que no todos tienen que «encajar» realizando las mismas tareas o asumiendo las mismas responsabilidades. Quizá somos distintos pero no por ello tenemos que ser distantes unos de otros, ya que todas las personas aportan de una u otro manera al proyecto si sabemos extraer el potencial y desarrollar la motivación de cada una de ellas. Cada persona tiene sus propias características personales y habilidades, ni mejores ni peores que otras sino distintas.

Aprendamos a mirar a las personas con las que colaboramos sin etiquetas, sin juicios, para poder darnos cuenta dónde cada persona puede aportar más valor, para poder ofrecerles un mayor grado de motivación y satisfacción laboral y personal para así lograr una mayor productividad y por tanto mejores resultados empresariales.

Consejos para elevar la motivación en las personas

  • Saluda a las personas de tu organización con cordialidad. Llama a cada uno por su nombre y muestra interés por su vida más allá de lo laboral. Hazlo con sinceridad y sin demasiado entrometimiento, hasta donde la persona quiera llegar. Muchas veces las personas están deseando hablar si sabemos escuchar, para ello es importante aprender a escuchar.
  • Haz propuestas constructivas para llevar a cabo mejoras en el lugar de trabajo o en los procesos, preguntando y utilizando los diferentes tipos de liderazgo.
  • Fomenta la involucración y la participación en la toma de decisiones. A nadie le gusta recibir órdenes sin más. Cuando conseguimos involucrar a las personas éstas se motivan más porque se las tiene en cuenta y su productividad y resultados son mucho mejores. Por ejemplo, si vais a incorporar a alguien a un puesto pedid opinión al resto del equipo, o si vais a realizar la compra de una máquina que va a utilizar una persona en concreto, permitidle que participe en el proceso de compra, incluso darle la confianza para que la compre. Su involucración será mayor en estos casos y su motivación a la hora de trabajar con ella también porque la considerará algo suyo. Por experiencia sabemos que las personas tendemos a cuidar y valorar aquello que consideramos nuestro.
  • Valora a tus colaboradores de forma honesta y cercana. Valorar a las personas es algo absolutamente determinante para sacar lo mejor de ellos. No les hagamos sentir que estamos por encima de ellos, pues sin ellos debemos ser conscientes que no llegaríamos muy lejos. Dependemos unos de otros. Si bien nuestros roles y circunstancias son diferentes debemos ser conscientes de que sin ellos no conseguiríamos sacar los proyectos adelante con eficacia.
  • Asume la responsabilidad de tus errores. No intentes buscar «cabezas de turco» a quien condenar para tú sentirte mejor. Ciertamente, hacerlo nos traer cierta descarga de estrés pero para nada va a favorecer la motivación y la autonomía de las personas. Normalicemos el error y la equivocación. ¿Cómo vamos a aprender si no nos podemos equivocar?
  • Haz favores a tus compañeros y colaboradores. Te darás cuenta que hacerlo hace que las personas se sientan en deuda contigo, y cuando necesites algo otras personas te ayudarán y no tiene porqué ser necesariamente las mismas a las que has ayudado, si hemos conseguido crear un clima de compañerismo y ayuda dentro de los equipos.
  • Busca tener un ambiente laboral satisfactorio. Ya hemos hablado en otras ocasiones de la importancia de generar un buen clima laboral dentro de la empresa ya que ello repercutirá en la motivación de los colaboradores y en su productividad.
  • Fomenta la autogestión de los equipos. Haz que las personas y los equipos asuman responsabilidad sobre su desempeño al tiempo que valoras su autonomía, fomentas su creatividad y ofreces absoluta confianza en su profesionalidad y buen hacer. Ello hará que mejore la motivación de las personas y sus resultados.

Como ves hay muchas estrategias que podemos emplear en nuestro día a día para favorecer el ambiente laboral en nuestra organización, gestionar los conflictos, aumentar la motivación de las personas y hacer que la actividad laboral sea gratificante y positiva, repercutiendo en la productividad y los resultados de la organización.

El tema de la motivación abarca un amplio espectro y aunque cada persona se motiva de una manera, si es verdad que existen estrategias generales que podemos aplicar en cualquier momento para fomentarla. Y ahora ¿qué tal si pasamos a la acción?

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