CÓMO APLICAR «LOS CUATRO ACUERDOS» EN LA EMPRESA
Hoy quiero hablaros de uno de los libros más conocidos en el ámbito del desarrollo personal y del que probablemente hayáis oído hablar en más de una ocasión, se trata de «Los Cuatro Acuerdos» del escritor mexicano Miguel Angel Ruiz Macías y de cómo éstos pueden ser aplicados en todos los ámbitos de nuestra vida, centrándonos hoy en el ámbito de la empresa.
Te animo a que interiorices bien estos cuatro acuerdos y te comprometas con ellos. Si lo haces verás cómo mejora tu comunicación contigo mismo y con los demás, pudiéndote entender mejor a ti y a las personas que te rodean. Además aprenderás a gestionar tus impulsos y tus emociones de un modo mucho más eficaz reduciendo los conflictos en tus relaciones, obteniendo una mayor satisfacción dentro de tu ámbito profesional y personal. ¡Vamos allá!
Primer acuerdo: Sé impecable con tus palabras
El lenguaje articula el pensamiento. Y es que el lenguaje que utilizamos habla sobre nosotros y nuestra forma de percibir el mundo. Lo curioso es que muchos de nuestros puntos de vista ni siquiera son nuestros, sino que han sido aprendidos a lo largo de nuestra socialización. Los adultos con los que nos hemos relacionado desde niños captaron nuestra atención y por medio de la repetición introdujeron información en nuestras cabezas, de este modo hemos aprendido todo lo que hoy creemos sabemos.
Mediante las palabras expresas lo que sientes, tus anhelos, esperanzas y sufrimientos. Tus palabras revelan mucho a cerca de tu personalidad y el modo en que percibes e interpretas la realidad sobre todo cuando utilizas tus palabras de forma inconsciente y no son tuyas, sino fruto de tu programación.
Recuerda, independientemente de la lengua que hables, tu intención se expresa a través de tus palabras. Es necesario que empecemos a comprender lo que son las palabras y lo que hacen en nosotros y en los demás.
Algunos ejemplos de cómo puedo incorporar este acuerdo en el ámbito de la empresa:
- Empieza por tu diálogo interno. Sé consciente de que lo que te cuentas y sé impecable con tus palabras. Si te hablas mal, hablarás mal a los demás.
- Observa como tu pensamiento y tu lenguaje están entrelazados.
- Sé preciso e impecable con tus palabras cuando te relaciones con los demás.
- Escucha más y habla menos.
- Observa lo que sucede dentro de ti cuando otros te critican y date cuenta que las palabras del otro tienen más que ver con ellos que contigo.
- Date cuenta que tus palabras sobre otros tienen más que ver contigo que con ellos tanto si son críticas negativas como positivas.
- Comunícate con asertividad. Elige cuidadosamente tus palabras, no hables sin pensar, reaccionando a lo que otros dicen.
Segundo acuerdo: No te tomes nada personalmente
Tomarse las cosas personalmente, es la expresión máxima del egocentrismo al considerar que el mundo gira a nuestro alrededor. Cuando le das credibilidad y entidad a aquello que dice otra persona sobre ti dejas que tus emociones entren en acción haciendo que reacciones amistosamente cuando lo que se dice lo interpretas como un halago o con ira o resentimiento cuando lo que se dice a cerca de ti lo interpretas como una crítica negativa.
Este segundo acuerdo es el que provoca gran parte del sufrimiento en la vida, ya que, por lo general, te mostrás demasiado susceptible a todo lo que digan sobre ti.
Asumiendo una perspectiva mayor de las situaciones y cuestiones en las que estás involucrado directamente podrás no engancharte emocionalmente y respetar las posiciones de los demás, que no es necesariamente compartirlas aunque sí entenderlas desde una mirada más amplia, sin centrarte en tu persona.
Algunos ejemplos de cómo puedo incorporar este acuerdo en el ámbito de la empresa:
- Sé consciente de las diferencias de pensamiento que existen con otros miembros del equipo o de la organización. Intenta comprender, respetar y aceptar las opiniones de otras personas.
- Comprende que el otro ve las cosas desde su propio punto de vista, con sus circunstancias, creencias y dificultades.
- Si hay algo con lo que no estás de acuerdo comunícalo de forma asertiva y expresa tu punto de vista apropiándote de tu lenguaje y siendo impecable con él, evitando juzgar o echar las culpas a otros.
- No busques imponer tus criterios, tus deseos y tus puntos de vista sobre los demás. Entiende de donde proceden los tuyos e intuye de dónde proceden los de los demás.
- Antepón tu propio interés al interés común que favorezca a la mayoría, no solamente a ti.
- Evita relacionarte desde el ego: aprende a cerca de la compasión, la humildad, la escucha consciente y dispón de la apertura mental suficiente para vivir mejores experiencias.
Tercer acuerdo: No hagas suposiciones
¿Cuántas veces has pasado días, meses o años haciendo elucubraciones a cerca de cuestiones que finalmente nada tenían que ver con la realidad?
Cuando das algo por supuesto, lo haces inconscientemente y es un proceso que forma parte de los sesgos cognitivos de tu pensamiento. Un sesgo es un atajo que toma tu proceso de pensamiento intentando encontrar una solución rápida. Se trata de un impulso rápido por el que asocias información que basas en tu experiencia de vida y la conectas con la situación actual llegando a sacar conclusiones rápidas y sesgadas. Como habrás observado la mayoría de las veces que esto ocurre y has dado algo por hecho, influenciado por tu emociones, te has equivocado al sacar conclusiones equivocadas respecto al asunto en cuestión.
Algunos ejemplos de cómo puedo incorporar este acuerdo en el ámbito de la empresa:
- Pregunta todas tus dudas, reflexiona sobre lo que otros dicen, sé capaz de ponerte en los zapatos del otro, pero quítate tus propios zapatos porque si lo haces con los tuyos puestos no vas a poder comprender verdaderamente sus puntos de vista.
- Escucha activamente, más allá de las palabras. Guarda silencio, no hables, sólo escucha. Mantén tu diálogo interno bajo control para no perderte en tus propias ideas y opiniones para poder «ver» de verdad al otro y estar presente no pensando en cómo vas a responder y cuál va a ser tu contraataque.
- «Muérdete la lengua». Observa como una parte de ti quiere responder, reaccionar, tener razón. Sé consciente de esa lucha interna dentro de ti. Déjalo pasar, sin enjuiciarte ni a ti ni a los demás ni a las circunstancias, sólo obsérvalo, sostenlo y déjalo ir.
- Evita entrar en conflicto y reaccionar impulsivamente. Eso hará que crezcas en comprensión y seas más consciente de tu ego y de tus emociones.
- Evita reaccionar sin pensar. Deja reposar los hechos y observa tus emociones. Responde cuando puedas ver los hechos objetivamente y no reaccionar emocionalmente.
Cuarto acuerdo: Haz lo máximo que puedas
Cuando hablamos de “ser la mejor versión de uno mismo», significa que empezarás a vivir tu vida de una manera que tenga sentido para ti, y que, a su vez, puedas transformar tu entorno a partir de tus acciones. Este acuerdo propone que te muevas hacia la excelencia dando lo mejor de ti en cada momento.
No se trata de hacer lo máximo, entendiendo por hacer lo máximo en una escala de cero a diez, hacer 10. Sino de que hagas lo máximo que tú puedas. Si puedes hacer 7 no hagas 5. Si puedes hacer 4, no hagas 2. ¡Haz lo máximo que tú puedas!
Hacer el máximo esfuerzo es salir de tu zona conocida, para expandirte un poco más allá, alimentándote de energía para alcanzar un nivel superior de excelencia en todo lo que realices. Hacer lo máximo que puedas es dar siempre lo mejor de ti mismo, aún a sabiendas que otras personas podrán hacerlo mejor o de diferente manera. Tú lo haces lo mejor que puedes y sabes y pones tu energía y actitud en ello.
Hacer lo máximo que puedas es dar de ti más de lo habitual. Es salir de la comodidad de restarle importancia a las cosas y hacerlas rápido para quitártelas de encima. Es tomar una elección consciente de ser la mejor versión de ti en cada cosa que te comprometes.
Algunos ejemplos de cómo puedo incorporar este acuerdo en el ámbito de la empresa:
- Practica la excelencia cada día, fijándote objetivos y metas en tu área profesional.
- Esfuérzate en mejorar aquellos aspectos laborales que necesites realizar con mayor profesionalidad.
- Inspírate en personas y líderes a los que admires y piensa en cómo ellos actuarían ante determinadas circunstancias.
- Saca conclusiones y áreas de mejora de cada proyecto, de cada reunión, de cada relación profesional, del trabajo en equipo, de cada negociación y acuerdo.
- Aprende de cada conflicto y de cada error.
- Sé honesto contigo mismo y con los demás. Reconoce tus errores, asúmelos y pide disculpas cuando tengas que hacerlo. Comprométete con hacerlo mejor la próxima vez.
¿Estás dispuesto a comprometerte con estos cuatro acuerdos?
Espero que sí, para que puedas empezar a disfrutar cuanto antes de los beneficios que reportará para ti y tu entorno ponerlos en práctica de forma real en tu día a día.
Y recuerda, no importa que no puedas hacer lo máximo, siempre que estés dispuesto a hacer lo máximo ¡que tú puedas! De este modo la mejora continua está siempre garantizada. No te lo creas, ponlo en práctica y observa los resultados.