CÓMO HACER EL BALANCE DEL AÑO
A menudo, cuando hacemos balance del año que termina solemos poner metafóricamente las cosas sobre una balanza.
En el platillo de la derecha colocamos las cosas positivas, aquellas que nos han hecho sentir bien, con las que hemos disfrutado. En el platillo de la izquierda ponemos las cosas negativas, aquellas que nos han hecho sentir mal y con las que hemos sufrido de algún modo.
Si hay más cosas en el platillo de la derecha nos diremos a nosotros mismos que ha sido un buen año. Si ha habido más cosas en el platillo de la izquierda pensaremos que ha sido un mal año. Normalmente lo hacemos así ¿verdad?
¿Y si en lugar de pensar que el problema está en las cosas que hemos colocado en el platillo de la izquierda empezamos a darnos cuenta de que quizá el problema está en la utilización de la propia balanza? Deja de juzgar las cosas que te ocurren como buenas o malas. Todo forma parte de una misma experiencia. Pensar que solo tiene que ocurrirnos aquello que deseamos no deja de ser algo muy egoico y egocéntrico. Comienza a ver todo aquello que te ha ocurrido a lo largo del año como experiencias y oportunidades para aprender y seguir avanzando en tu desarrollo personal y profesional.
El problema no está en el platillo de la izquierda, el «problema» está en que vamos continuamente con una balanza en la mano juzgando a la vida con lo que a nosotros nos parece que está bien y con lo que a nosotros nos parece que está mal. ¡Tira la balanza!
Date cuenta de que hoy eres la persona que eres gracias a todas aquellas experiencias que un día juzgaste como malas. Un día, como hizo Steve Jobs, mirarás a atrás y podrás unir perfectamente los puntos que te han traído hasta donde estás ahora. Hoy mismo podrías hacerlo.
Eckhart Tolle lo expresa muy bien cuando dice: «La vida siempre te dará la experiencia más útil para tu evolución. ¿Cómo sabrás que ésta es la experiencia que necesitas? Debido a que ésta es la experiencia que estás teniendo en estos momentos».